martes, 17 de enero de 2012

Mañana de niebla del día 16

Hoy, como ayer y como varios días atrás, ha amanecido con niebla. Otros días, como antesdeayer, al finalizar la mañana se despeja, incluso antes algún otro, luciendo después un día explédido de sol, haciendo verdadero, o dando la razón, al que ideó el dicho popular que dice: "mañanitas de niebla, tardes de paseo".
En cambio ayer no se cumplió, o negó la veracidad del dicho, pues en todo el día no fue capaz de despejarse la bruma, estando entre nubes y por tanto gris el ambiente todo el tiempo.
Hoy también ha estado gris todo el día, pero la niebla desaparecíó en cuanto hizo acto de presencia la lluvia, una lluvia fina en un principio, que presagiaba nieve a tenor del frío reinante. Quizás con algún grado menos, con dos creo que hubiese bastado, habríamos tenido nevada, pero se ha quedado en lluvia, aunque en algunos momentos fue acompañada por rachas de viento y en otros no cayó ni gota, contibuyendo el aire a secar el suelo enseguida.
Pienso que si persiste el frío y mañana queda algún reducto de agua en las carreteras y accesos, puede ser que el aire y la bajada de temperatura nocturna, y más la de madrugada, la conviertan en hielo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Cabalgata de Reyes

Mi primera intención sobre el título a poner, fue el que he puesto pero añadiéndole una coletilla entre paréntesis de: ¡Vamos, ni de coña!
No lo he hecho así, pues he pensado que lo mismo llegué tarde -no estuve en la salida- y por eso vi lo que vi: tres reyes magos montando sendos caballos; sus tres pajes; la banda, compuesta por creo que nueve músicos -al menos esos fue los que conté-; dos tractores tirando de sus remolques y poca gente a su alrededor, apenas cuarenta personas.
Esto entre los que les seguían, que no llegarían a veinte, más un grupo que les esperaban en la rotonda que también no llegaban a esa cantidad.
Como la salida estaba prevista para las diez de la mañana y cuando pude locarlizar la cabalgata, pues no pude acudir a su hora, ya eran cerca de las once, quizás fuera que ya se había ido "descolgando" gente y por eso la encontré tan memada. Aun así, creo que como integrantes de cabalgata tan solo salieron los que fotografié, pues así lo comentaban algunos vecinos. Aludían a "lo pobre que había sido", por tanto no huvo ni carrozas ni nada más que lo que vi.
Qué pena que no suscite interés la cabalgata de reyes, qué pena, pues no entiendo como en otros sitios, o en otras a las que he asistido, e incluso participado, se pone de acuerdo el vecindario, o asociaciones de vecinos, como de APAS, y se montan y engalanan carros, tractores, camionetas y lo que haga falta, y en cambio aquí, que de todo ese material hay, no se hizo algo similar en bien de los chavales; y no tan chavales, pues hay que ver cómo disfrutan muchos mayores recogiendo caramelos.
A algunos, e incluso abuelas, nos les importa agacharse a recogerlos del suelo. ¡Hasta pelearse por un solo caramelo las he visto yo! No aquí en el pueblo, pues por lo que vi hasta se los ponían en las manos a la gente. ¡Cómo no, si tenían todo el espacio libre.
Y ya que con ellos iban dos tractores con sus sendos remolques, ¿Por qué no se le ocurrió a alguien engalanarlos? Pues parecía que venían de trabajar en el campo, en vez de ir de festejo navideño.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

viernes, 6 de enero de 2012

Llegada de los "reyes magos"

Salimos de casa a las siete de la tarde, con la intención de ver la llegada de "SS.MM los reyes magos" de Oriente al pueblo.

Tras hacer algunas compras de última hora, o de "al fin me acuerdo lo que tenía que comprar", llegamos ante el ayuntamiento que era donde se esperaba que llegasen los "regios personajes".

Al poco de estar aguantando estoicamente el frío, aparecen en la plaza -provenientes de la Plaza de Abajo- los miembros de la banda tocando música, en clara avanzadilla del "cortejo real".

Tras situarse los músicos ante el Bar España, aparecen tres automóviles, enfilados uno tras otro hacia el ayuntamiento, viendo, antes de detenerse casi en mitad de la plaza, que en el interior de cada uno de ellos va una "majestad". Antes de abandonar sus "modernos camellos" -nosotros esperábamos que al menos llegasen sobre monturas equinas, ya que en el pueblo, al menos, esiste picadero- "la multitud" se dirigió a ellos -madres y abuelas, en su mayoría- con niñas y niños en brazos para que pudiesen ver -¿O tendría que decir admirar?- y saludar a SS.MM.

Tras abrirse paso entre "tan apretado gentío", desprendiéndose de saludos y sonrisas, los cuales recogía la gente con gran regocijo, llegaron hasta un balcón del primer piso del ayuntamiento, donde siguieron prodigando saludos al público con gran efusión, obsequiándonos a los concurrentes su "emotiva homilía", con espléndida "verborrea", versada sobre felicidad e inocencia infantil, como para "dejar con la boca abierta hasta el más docto en temas navideños"; de "reyes magos" por más señas.

Tras erudito discurso llegaron hasta los "tronos" expuestos ante la puerta del consistorio -y ante sendos cortinones de terciopelo encarnado tirando a grana-, colocados ex profeso para recibir a las inocentes criaturas que tras darles un beso recibían una bolsa-cucurucho con golosinas. Algo después, oía yo un comentario de una madre, relativo a si estarían "sus majestades confabulados con los dentistas". (esto es totalmente cierto).

Lo que no entiendo, es como los niños, inocentes criaturas, pero a los que "no se les escapa ni una", aguantaron estoicamente el paso por las piernas -los sentaban en ellas- de "un rey" y los brazos -los abrazaban para besar o subirlos a su regazo- de otro sin llorar, o al menos retraerse, para darles un beso, aunque fuese a cambio de una bolsita de "chuches", ya que la facha que tenían los tres era como para llorar.

A las fotos me remito, sin hacer más comentario que el relativo a "su majestad Baltasar", dejando antes esta opinión: a los niños habría que haberles hecho un homenaje al final del regio acto, o sino, prepararlo para otro día -distinto de el día del niño- pues tiene mucho mérito el aguante y valentía que han demostrado tener, al ponerse ante tales esperpentos (al diccionario remito a quien extrañe tal nominación). Y, pienso, que no solamente han tenido que soportarlo las niñas y niños de Sacedón, pues ya es "manía" general en la geografía española, tal comedia.

¿Cómo es posible que a estas alturas se siga transfigurando, o desfigurando, a un hombre blanco haciéndole pasar por negro, para "representar" -esto es un decir- al rey Baltasar? ¿Es que no hay un hombre con la piel natural de dicho color, y así no se le pintaría de un color tan negro a uno blanco? Porque además de que los rasgos naturales no los disimula nadie, ni aunque lo intentase, tampoco creo que haya en todo el mundo una raza, ni afro-americana, ni africana, ni aborigen-australiana ni nada por el estilo, que tenga la piel tan negra como el betún; sí, así, literalmente como el betún llevaba pintada la cara "nuestro Baltasar" y resaltando los rojos labios, como veinte moscas sobrenadando en un vaso de leche resaltan. ¿Dónde se ha visto que las personas de raza negra tengan los labios -exteriormente- de rojo bermellón, que es lo que resaltaba del rey en cuestión? Al menos las manos las llevaba enguantadas, ya que así no tendría que habérselas con el inconveniente de "desteñir" a los niños.
Claro que así las llevaban los tres, enguantadas en sendos guantes blancos. Pero esto es normal, o norma -que esto no lo aseguro porque no sé si es así, aunque si no lo es debería de serlo- ya que a los niños no se les debe de "andar manoseando" como si tal cosa, pues a saber qué es lo que pueden haber tocado antes de sostener a las inocentes criaturas en sus manos.
Finalizado el festivo evento nos dirigimos al coche para regresar a casa, donde al llegar nos recibió mi perrita y el calor del hogar. Y para contrarestar el frío de la plaza que se había venido con nosostros y nos "había calado hasta los huesos", nos tomamos sendos cafés con leche, calentitos, con un buen trozo de roscón relleno de chocolate.
 
 
 
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