curiosidades: fotos del pueblo y sus alrededores por AdriPozuelo y Tizona
domingo, 8 de julio de 2012
Currucas, carriceros y curiosidades turísticas
El otro día salí a pasear con Suska por los alrededores del pantano, como hago todas las mañanas, y me llevé la cámara por si podía hacer unas cuantas fotos a los pájaros, ya que desde la terraza los oí antes de bajar y vi pasar algunas pequeñas bandadas de varias especies.
Estuve haciendo fotos a algunas currucas cabecinegras que vi cantando entre las ramas de un pino y al poco llegaron unos cuantos carriceros políglotas, a los que también fotografié, y cantando, ambos saltando de rama en rama.
Después se posaron unos cuantos jilgueros entre las ramas de varios pinos, pero tan solo pude fotografiar a dos que se quedaron en la picota de uno de los árboles.
Al otro lado del pantano había un grupo de personas que estuvieron ahí toda la noche, con la música a todo trapo, al igual que la tenían en ese momento. Aunque hubiera alguien con su música, era tontería ponerla ya que la de estos tipos se oía por todo el contorno, incluso desde el pueblo.
Al poco llegó un descapotable a toda pastilla por el camino, con varios de sus ocupantes sentados en la parte de la bandeja trasera y los laterales, con los pies en los asientos; eso algunas veces, porque otras iban de pie.
Lo que sí que hacían todos era gritar al estilo cow boy y hasta el conductor en algunos tramos se ponía de pie también. La cosa era llamar la atención y joder al prójimo, ya que la polvareda que levantaba el vehículo la tragaron todos los que a su paso había por la orilla del pantano.
Desde donde estaba, pude oír perfectamente el ruido del golpe que dieron los bajos del coche en el suelo. No sé si sería en tierra o en piedras donde dio, ya que en estos caminos hay más de ellas que tierra, pero el coche no debió de sufrir desperfecto alguno, ya que siguieron y a toda marcha, con su loca y bullanguera carrera.
En alguna ocasión, quedan por estos caminos rastros continuos de aceite de motor, que deben de ser de otros tantos locos que se llevan el cárter con alguna piedra y siguen andando. Claro que debe de ser hasta que el aceite se agota y el motor se gripa, o hasta que paran en su "destino" y luego el motor no arranca por haberse gripado en reposo por el exceso de calentamiento, debido a la fricción en seco de los componentes internos.
En esas estaba yo, haciéndoles fotos a unos y a otros, llevando la cámara para un lado y para otro, cuando veo en la pantallita de la cámara a una señora que pasea por la orilla y se para, quedándose mirando hacia donde yo estaba. Como tenía puesto el zoom y además unos aumentos más añadidos, la hice una foto y la visioné en la pantalla. Ampliándola pude ver que me miraba, ya que al hacerla la foto no lo aprecié. En esas estaba y miro hacia ella, pero la verdad es que apenas la distinguía a simple vista. Vi que se paraba y, no solamente eso, sino que se ponía en pose y se quedaba allí para que la fotografiara.
Me dije: bueno, si eso es lo que quieres, pues ale, una foto. Y se la hice.
Cuando descargué las fotos en el ordenador y las visioné, vi que hasta la expresión de la cara era de pose para el fotógrafo, vamos, como diciéndome: ¡Sácame guapa eh! Claro, es obvio que esto no lo pude apreciar bien al hacerla la foto, debido a la distancia.
Lo malo hubiera sido que el marido, que estaba allí cerca pescando, se hubiera molestado por sacarle fotos a su mujer y en bañador, porque, a ver cómo le convenzo yo que fue ella la que posó y no que yo la estuviera haciendo fotos a ella en vez de al paisaje. Aunque bien claramente se ve que la pose no es obligada; que no la obligaba nadie a posar vamos. Eso sí, "por si las moscas", yo he tapado la cara.
Por último, casi de pasada, ya que me iba para casa, le tomé unas fotos al mástil de un velero hundido en el pantano, que cada vez sobresale más del agua debido a la bajada del nivel. Algunos días está ladeado para un lado y otros días para otro. Debe ser a consecuencia de las corrientes internas que lo zarandean.
Si baja el nivel como dicen algunos vecinos que bajará, que por esa zona se queda en tierra, veremos al barco en ella, en seco, dentro de poco tiempo.
Quizás es uno que navegaba a la deriva tiempo atrás, movido por el fuerte viento que hacía aquél día, cuando soplaron vientos fuertes en toda España hace unos meses, trayéndole a la orilla, llevándole lago adentro y vuelta a la orilla, como estuve viendo desde la terraza de mi casa.
A última hora de la tarde, parecía que se había quedado varado en la orilla de cerca de la carretera, la más próxima a mi casa, pues el mástil se veía desde la terraza y se estuvo viendo hasta anochecer, en "donde todos los gatos son pardos" -decía mi madre- y no se vislumbraba nada a esa distancia.
Cuando bajé a la mañana del día siguiente ya no estaba por allí, ni vi que el barco estuviera a la deriva. Pensé que las autoridades, o alguna persona de uno de los embarcaderos, lo habrían llevado a amarrar.
Puede que sea el mismo o quizás sea otro, pero llevar tiempo ahí no lleva mucho, pues vecinos de aquí lo ven como algo novedoso -lo poco que se ve del pecio- y si hubiera estado ahí desde hace tiempo, no se extrañarían como se extrañan por ver asomar el mástil, ya que hace como tres años que el pantano por este lado no le hubiera cubierto.
El pantano se llenó, o llegó a un llenado máximo, antes de que se pusieran a vaciarlo, antes del verano pasado y pocos meses antes estaba sin agua por esta parte, por tanto el pecio se tendría que haber visto y nadie lo vio.
Como todos los días me fijo en la cantidad de mástil que aflora del agua, creo, que al paso que va el vaciado, debido al trasvase Tajo-Segura, para el final del verano, si no antes, le vemos completamente al aire.
AdriPozuelo
Sacedón
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